27 de junio de 2007

3

… Los tragos y la agradable conversación (pero por sobre todo los tragos) de la noche anterior, lo incitaron a visitar otra vez al señor Rojas.

- Buenas noches, vengo a visitar al señor Rojas.
- Disculpe, pero el señor Rojas no vive aquí hace mucho tiempo. De hecho el señor Rojas ya no vive.

El autor encolerizado cerró la libreta negra donde escribía y la lanzó lejos.

- ¡No es posible!, otra vez me salió un cuento ridículo de la muerte. ¿Cómo no podré escribir sobre otra cosa?.

Nunca había tenido tanta rabia, ya no daba más. El autor en un ataque de histeria tomó un cuchillo y se lo enterró tantas veces que ya no pudo volvérselo a enterrar.

El autor encolerizado cerró la libreta negra donde escribía y la lanzó lejos.

- ¡No es posible que otra vez me haya salido un cuento ridículo de la muerte!. ¿Es que no podré escribir sobre otra cosa?.

26 de junio de 2007

accionar

Salgo, espero, subo, pago, empujo, avanzo, espero, bajo, pago, bajo, subo, empujo, avanzo, empujo, avanzo, espero, bajo, subo, subo, subo, camino.
Entro, presiono, espero, subo, subo, bajo, golpeo, entro, hablo, callo, habla, hablo, grita, grito, abro, salgo, cierro, presiono, espero, subo, bajo, bajo, salgo.
De vuelta en la calle. Liberado pero insatisfecho –creo que faltaron palabras- camino sin saber muy bien para donde seguir.

25 de junio de 2007

coordenadas

a Barrera y Almeyda
Busco.
Leopoldo Urrutia #1926: dirección escrita en un papel, confirmación telefónica: una cuadra hacia el oriente de Manuel Montt, casa kulczewki, verde de dos pisos. Hace años que no coincidíamos con mi compañero de ruta, doblé una esquina hace tiempo y no nos volvimos a cruzar. Cruzó el océano, crucé la calle, nos perdimos en el espacio, no coincidimos.

Camino.
Papel en mano, algo perdido miro las calles y después los números. Leopoldo Urrutia #1926, casa destruida. Busco a un amigo cuya casa ya no existe. Por teléfono insiste en la dirección, verde dos pisos. Quizá no sea el espacio.

Doblé
Hace algunos años una esquina, él mantuvo el sentido de la calle, nos extraviamos en el tiempo, no coincidimos.

maqueta

Viajo.
Maqueta: Salida corta para “recargar las pilas”, itinerario agendado, accionar conocido, viaje de mentira. Falsedad similar a las explicaciones del tópico del viaje, el crecimiento y la consolidación de héroe, la individuación. Esa interpretación no es más que la proyección de nuestros propios viajes de regreso programado.

El viaje no comienza sino hasta el fracaso total de ese regreso programado. El turista pierde, junto con su agenda, su condición de tal, comienza a transitar el itinerario de los perdidos y fracasados: la extra vía, el terreno blando y poco definido que está más allá del camino oficial.

El extravío es la esencia más profunda del viaje y el comienzo de éste es siempre involuntario, ese “soltar todo y largarse” tan deseado jamás es efectivo, son las cosas y las personas las que van soltando poco a poco al extraviado, el derrotado nunca da el impulso inicial. No es el viajante quien decide apartarse de la cotidianidad, el turista cara al sol y sonrisa de satisfacción es quien decide, él dice: ya me aburrí de esta mierda, me voy. Y es él quien vuelve una y otra vez a esta gran industria del vivir.

Camino.
De pronto siento que sería heroico dar un paso hacia el extravío, perderme, mirarme desprovisto y creer en que mañana… en que mañana… en que mañana. De vez en cuando creo que sería hermoso dar un paso hacia atrás y extrañamente camino lo más rápido, lo más derecho posible y tomo un trago riendo de como quería entonces que el tiempo pasara lo más rápido, lo más derecho posible. Hay días en que aborrezco mi constante estado de cobardía (ponerme de pie, entrar, salir, pagar, subir, bajar, ir) y me permito caminar levemente de lado, o de pronto cojeo. Hay días escasos en que me detengo. A veces salgo de vacaciones.